Los recuerdos se almacenan siempre que tenemos una experiencia, sea de manera consciente o inconsciente. Después se consolidan y se crea una pequeña «historia» o contexto alrededor de ellos que nos ayuda a recuperarlos y poder recordarlos de una manera más o menos parecida a la que sucedieron en realidad. Ese contexto es clave en la recuperación de los recuerdos. Por ejemplo, puede que cuando pasemos por cerca del colegio en el que estuvimos de niños se nos «activen» muchos recuerdos de esos años. Esos recuerdos se almacenaron mientras estábamos en el colegio, y se recuperan ahora gracias a un elemento común, que sería el edificio de dicho colegio 🙂
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