Oh, sí. Me ha pasado en más de una ocasión. Especialmente cuando el tema tratado es muy polémico. La gente se ciega ante su propia opinión y se siente ofendida cuando cuestionas ideas que tienen muy ancladas o que creen terriblemente razonadas, aunque estas sean falsas. En esos momentos pueden acusarte de hablar de manera falsa o con interés. Pero como comenta Alvaro, me preocupo de contrastar muy bien la información, basándola en evidencias siempre que es posible, evitando la desinformación.
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